Así
que Chacón se va para quedarse y Griñán se queda para irse y Rubalcaba está, pero
no se le espera. Conviene mencionar también a Patxi López y a Madina, ese breve
etcétera que permanece en una suerte de limbo existencial en el que los verbos
irse, quedarse o permanecer significan poco o nada. A todo ese lío de egos y
fugas, además de los falsos ERE andaluces y ahora también el espionaje catalán,
lo llamamos partido, que es como llamar corporación internacional a la tienda
de chinos. ¿Se imaginan ustedes a la Coca Cola en manos de esta directiva?
Ya,
ya, no se apresuren, no es lo mismo. La Coca Cola sabe a dónde va y a quién ha
de rendir cuentas, sabe dónde está el Debe y el Haber, conoce el precio de
instalarse en Rusia y el significado de venderse en Israel. La Coca Cola, que
parece una empresa, observada con perspectiva, es un partido político. El PSOE,
que parece un partido político, empieza a comportarse como una empresa de
refrescos. Una empresa que adora el escalafón y experta en tácticas para salir
del día a día, aunque sin ninguna estrategia para acabar el año. Yo me quito de
en medio, que viene la Diada. Yo me pongo de perfil para que no me vean. Yo
hago una declaración de humildad en términos grandilocuentes, etcétera.
¿Y nosotros, qué? ¿Usted y yo, qué? Usted y yo
frente a un Gobierno que en el río revuelto gobierna o desgobierna para los
suyos, siendo los suyos los Bárcenas de siempre, las Ana Mato de toda la vida, los
Sepúlveda de buena familia, los empresarios de abolengo, signifique lo que
signifique abolengo. ¿Usted y yo qué, pendientes de un ERE devastador, de una
ley de la oferta y la demanda en las que siempre caemos del lado malo? ¿Usted y
yo qué, mientras una se va a Miami, el otro al Senado y el otro ni come ni deja
comer? ¿Usted y yo qué, coño, aquí, compuestos y sin oposición?
¡Qué pena me da el partido al cual voto fielmente por herencia genética paterna! Se que Juanjo Millás, al que también leo fielmente todas las semanas, respira por Izquierda Unida, pero no me queda más remedio, que darle la razón.
Hola Antonio... estamos con problemas pasajeros..
ResponderEliminarLos problemas, que no son personales sino informáticos, parece ser que van arreglándose...
ResponderEliminarEso sí, ahora con la nueva configuración, en vez de PedroLuis, aparece mi nombre completo vinculado a Google... En fin, "filtros" de seguridad, parece ser el origen del problema...
ResponderEliminarQuerido Antonio, la política es un sentimiento, que nada tiene que ver con la molécula del ADN. Le honra a usted su fidelidad paterna. Lo mismo hago yo: ser fiel a la memoria del mío: "No te fíes de los políticos, que tienen más caras que las botellas de anís El Mono". Pensamiento que no es un tratado intelectual, pero como conclusión vital tampoco está mal. Mi padre escribía y leía con dificultad. Con esfuerzo, he conseguido escribir y leer algo mejor, aunque no lo suficiente para mejorar su conclusión. Y ya no me queda mucho tiempo para conseguir hacerlo...
Bueno, aleluya, he subsanado el problema también en mi otra "sede departamental"... Fecha y hora estaban descorregidos... Y don Google que es tan inteligente (casi tanto como doña Esperanza Aguirre) terminó por advertirme de tal circunstancia... que debería ser corregida para descartar el que "pudiera ser un intruso indeseable"... Es tremendo, no queda otra que catalanizarnos y adelante el ademán...
ResponderEliminar¡Ay, qué contentito me quedé... ahora daré un par de vueltas al Parque, que esta barriguita no puede pasar desapercibida para el público en general...