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"El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos.....". Así comienza "Años", una de las canciones más conocidas de Pablo Milanés. Y es verdad. Pero viendo esta foto, tomada el pasado día 1 de diciembre en un acogedor rincón del bello Barrio de Vegueta en Las Palmas de Gran Canaria y en una tarde muy entrañable, la realidad se transforma inevitablemente en recuerdos nostálgicos llenos de vetustas aulas, pesados libros, apuntes fotocopiados, noches de insomnio, excursiones con guitarras, parrandas y juergas, soledades, angustias, penurias, cargas policiales, manifiestos políticos subversivos, canción protesta, películas de arte y ensayo, tormentas existenciales (Kahlil Gibran, Hermann Hesse y Bertolt Brecht), tertulias de madrugadas, frio y lluvia laguneros, vino con vino, manises, amores y desamores.....¡Qué se yo cuántas cosas! Hablamos y seguimos igual, cada uno con su forma de ser, las mismas expresiones, los mismos giros y tonos..... y así los quiero yo. El tiempo ha pasado y tenemos achaques ¡Pero, coño, bien guapos que salimos en la foto! ¡Salud para seguirnos viendo!
Pablo Milanés y Mercedes Sosa - Años
Alberto Cortez - A mis amigos
Encantador momento Antonio.¡¡Cómo me gusta Alberto Cortez¡¡
ResponderEliminarUn abrazo canarión ..¿que digo? ¡¡¡un fuerte abrazo lagunero de aquel que fuí, paseante juvenil de Viana y El Adelantado, recogido en San Agustín,oyente de tu selecta colección de discos frente a la montaña de San Roque, recordando a tu padre repasando el mantel antes de tomarnos un vino,acompañados siempre de los buenos platos de tu madre,antes de volverme bajo la lluvia de cualquier noviembre al barrio del Cubanito,... ¡¡Ahh...recuerdos¡¡¡
Con la música de fondo del pianista de jazz Dave Brubeck, que acabo de leer su fallecimiento en la página de El País (haré una entrada en el blog), te doy las gracias querido Carlos por tu comentario y por recordarme ese gesto tan característico de mi padre en la mesa, repasando pemanentemente el mantel mientras hablaba, defendiendo sus argumentos de hombre de izquierdas, sin estudios superiores pero con mucha cultura autodidacta. Lo había olvidado.
EliminarEfectivamente muchos recuerdos, pero lo importante es que seguimos aquí para contarlo. Yo se de otro en esos sures canariones, que se reencontró con nosotros después de tanto tiempo, al que también le entusiasma Alberto Cortez. Cuenta con una selección de sus más conocidas y bellas canciones. Te la haré llegar. Hace un año más o menos, me hice con un par de CD recopilatorios.
Así es queridos "alumnos", el tiempo pasa y nos esforzamos por seguir "viviendo, viendo las horas muriendo" ... y lo conseguimos gracias a "momentos", que ayer repasaban manteles y hoy repasan recuerdos, hermosos e imperecederos recuerdos.
ResponderEliminarEn efecto, han quedado muy guapos... y de aquellas primeras clases, en las que tratábamos de disimular la inseguridad de profesor imberbe, aparentando que sabíamos mucho, ya no queda casi nada... Queda el que ahora sabemos menos, seguimos llegando tarde, tal vez en un vano intento de que las horas mueran más despacio...¡pobres alumnos!
Un fuerte abrazo y me alegro que hayan disfrutado el reencuentro.
P.D.- Escuchar a los poetas siempre es un placer.
Pero ¡carajo!, ¿ustedes fueron al restaurante a hacerse la foto o a comer? Siguen con la misma pose, sin decir nada, y en la mesa no veo más que los mantelillos... y la botella de vino, que me imagino ya no le queda ni el fondo.
ResponderEliminarPues sí que se gustaron... sigan sonriendo... Francesco ya se está empezando a ponerse serio... "Pa mí que estos no piensan comer, parece decir"... Y no es pa menos.
Ya habíamos comido y bien comido. Además un menú muy botánico-micológico (como corresponde a la época), porque el sitio es especialista en champiñones y Pleurotus. Todos los platos fueron variantes de estas dos variedades. Si te fijas, delante de Gonzalo Rivero, está el estuchito negro en el que venía encerrada la cuenta....
EliminarPues sí, ya veo que el bueno de don Gonzalo eligío para la ocasión "Clavatus generosus" a las finas yerbas...
ResponderEliminarSaludos para todos.
¡Noooo! Gonzalo se limitó a dividir el importe y pagamos todos a escote. Eso sí, dejamos una buena propina y pusimos un poco más para tomarnos los cafés al aire libre en la terraza del Gabinete Literario en la alameda de Colón. También muy propio y botánico, como ves (lo digo por lo de la alameda).
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