Scott McKenzie - San Francisco



Con la preocupación en el cuerpo por el resurgir de los "salvapatrias", a los que hay que combatir, como muy bien dice Carlos Carnicero en la anterior entrada, con más política y más democracia, nos llega la noticia del fallecimiento a los 73 años de Scott Mckenzie. Aquel muchacho, que en 1967 invitaba a ir a San Francisco con flores en el pelo, porque hasta allí estaba llegando toda una generación de jóvenes amables (de amar, de amor), para dar origen a un movimiento contracultural, libertario y pacifista, que removería las conciencias. La canción San Francisco (Be Sure to Wear Flowers in Your Hair), fue compuesta por John Phillips, miembro del famoso grupo vocal The Mamas and The Papas (clic) y Scott Mckenzie la convirtió en uno de los himnos míticos del movimiento hippie. Todo un símbolo, que nos puede servir de reflexión ante la actual situación de crisis económica, social y política por la que estamos atravesando.



Comentarios

  1. Obvio, generacionalmente, estoy muy cerca de la pegadiza melodía cantada por Scott Mackenzie (tanto la versión de joven como en la de mayor)… pero nunca me vi con flores en el pelo ni convencido de que semejante movimiento resolviese los problemas del mundo. No sin cierta simpatía, siempre aprecié el “movimiento hippy” como flor de un día, de una época o periodo corto, animado por idealistas, vividores, niños bien, soñadores, que parecían tener más amor por el “vivir bien de la sociedad”, que por la “sociedad del buen vivir”… Para quienes pudieron permitirse el lujo de disfrutarlo, fue bonito mientras duró. No tengo la menor duda.

    Luego están los “salvapatrias”, que siempre han sido un problema. Es verdad que con mucha frecuencia beben en la fuente del desencanto, del hastío, de los aprovechados que prometen arreglarlo todo y poco resuelven (fuera de lo suyo), de los que reclaman democracia para su partitocracia, de los mediocres, de los que incapaces de resolver lo suyo, se refugian en pretender solucionar los problemas de todos … Y claro, ahí es difícil que encuentren asiento mentes brillantes. Entre otras razones, porque gobernar en democracia exige escuchar, rebajar, moldear, aplanar el brillo… Y eso los brillantes difícilmente saben hacerlo, si no engañan. ¿Lo sabrá Mario Conde? ¿Pese a ello insistirá en la experiencia de presentarse? Si de verdad impera la sensatez de la democracia, no ganará… y si ganara, mucho me temo que será una experiencia fallida. O no, porque suele decirse ¿con razón? que la democracia nunca se equivoca…

    En conclusión, estimado amigo “reflexión y compromiso” con la situación política y social actual, toda y más (medida por hechos, no solo por palabras); bastante escepticismo y desencanto, pues también.

    P.D.- Seguramente se nota, me he esforzado por no ser “políticamente incorrecto” en extremo. Conviene no olvidar que la hipocresía (falta de sinceridad) es consustancial a la especie humana ¡Ay Señor… de la cañita!
    Un fuerte abrazo (dejo el “aniversario” para la próxima sentada). Debo atender otros menesteres.

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