Muy buen artículo, optimista artículo, del periodista británico John Carlin, uniendo política y deporte en la línea de su espléndida obra "El factor humano" (Seix Barral, 2009), sobre Nelson Mandela y el partido de rugby de la selección sudafricana, que unió a esa nación. En este caso, es la selección española de fútbol la que nos une, nos hace olvidar por unas horas la nefasta prima de riesgo y creer que somos unos campeones en algo. No soy futbolero, pero el primer gol de los cuatro que le marcaron a la selección italiana, lo escuché en la radio del coche, camino de mi casa por el casco antiguo de La Laguna, Patrimonio de la Humanidad. Entrando a la Plaza del Adelantado por la calle Santo Domingo, delante del venerable convento de Las Catalinas y del aristocrático Palacio de Nava, aunque le joda a más de un intelectual, no me pude contener y empecé a tocar la pita, y el que venía detrás de mi hizo lo mismo en solidaridad. ¡Claro que sí!
QUEEN - We are the champions
Sin dudarlo: prefiero leer este agradable artículo, que escuchar como sube el paro o la prima de riesgo, o consultar como se descalabra el IBEX en la Bolsa... Hasta ahí estamos de acuerdo. También yo grité con ganas el gol de Silva, mientras lavaba mi coche en Abades... Y ayer disfruté viendo a Luis León ganar la etapa del Tour; o admirar como en Mugello (Italia) Jorge Lorenzo y Dani Pedrosa le dieron sopas con HONDA (y YAMAHA)a la selecta parrilla de pilotos mundiales en Moto GP...
ResponderEliminarNadie discute que en España el deporte vaya bien, ni que Zara (Inditex) venda más ropa que los chinos... pero este país nuestro, además de jugar bien al fútbol, servir tapas y bailar sevillanas como nadie, necesita un serio reajuste político-económico, que imponga cordura y seriedad en la Administración y personas que gobiernan (gobernamos, si se quiere)el Estado de las Autonomías y corrija el despilfarro que supone el berenjenal de "estados de estados" de televisiones públicas, de clubes deportivos ruinosos que no pagan sus impuestos, de universidades con dudoso rendimiento (para no omitir lo nuestro), etc. Toda eso que con aciertos y errores hemos creado y, en muchos casos, se superpone todavía al tejido administrativo de los flecos del régimen anterior.
Honestamente, creo qué más que muchos, en muchos casos lo que estamos es extremadamente mal organizados lo que merma muchísimo nuestra eficiencia. Fallan los organigramas desde el Estado hasta los departamentos universitarios (por decir algo); falla el modelo y establecer objetivos. Evidente, fallan las instituciones y, seguramente, fallamos las personas... O no.