El mismo año que Rosa Parks llevó a cabo su heroica accción por los derechos civiles (1955), otra mujer negra y castigada por la vida, Billie Holyday, graba en Nueva York con su maravillosa voz quejumbrosa y doliente, que se apagaría pocos años después, este tema standard del jazz compuesto por Tom Adair y Matt Dennis en 1940, acompañada por el saxo tenor de Budd Johnson, el piano de Billy Taylor, el clarinete de Tony Scott, la trompeta de Charlie Shavers, el bajo de Leonard Gaskin y las escobillas de Cozy Cole.
Estimado amigo, estas joyas han de ir brevemente comentadas por una pincelada biográfica, una nota musical, una referencia histórica, un desliz sentimental... que enmarque la razón de "ser o estar", y que motivó su selección, en unos casos evidente y en otros no tanto. Está claro la música es para escuchar, pero ese adorno escrito nos situará mejor y, egoístamente hablando, nos servirá como fuente de aprendizaje a los "burros" (sin comillas también nos vale). A los que se nos da, siempre pedimos más...
ResponderEliminarEnhorabuena y gracias.
Al margen de lo anterior y con el debido respeto, se nota que es usted una persona "desocupada", ajena a la burocracia, que sabe disfrutar de estas perlas intemporales, sin agobios motivados por el POD, PER, RPT, RECORTES, SUBIDAS DE IGIC... Qué felicidad la suya... qué felicidad. Que la disfrute, y que yo le vea, por siempre tan AFINADO.
Abrazos.
Rico y pertinente "añadido literario", a la doliente voz de Billie Holyday.
ResponderEliminarOcurre con muchísima frecuencia, especialmente cuando se canta con el alma: imposible ocultar las penas que llevamos dentro... Grandes piezas cantan alegrías, pero quizás impactan más las que retratan tristezas y melancolías... O quizás sea el estado de ánimo de quienes las escuchamos alegres o melancólicos...
En cualquier caso, muchísimas gracias por documentarnos.
Abrazos.